Para mí, están preciosas.
Preciosas. Las dos. (Siempre aposté a que Sofía se iba a poner muy bonita, y finalmente así está. Preciosa, como Leonor).
Son dos muñecas hermosas.
Diferentes entre sí pero -más allá de la simpatía o antipatía que despierten sus padres como herederos borbónicos- estas dos nenas son preciosas.